- Baja proporcionalidad (bipartidismo de facto): debido principalmente a la existencia de muchas circunscripciones electorales pequeñas, y, secundariamente, al uso en cada una de ellas de un sistema de redondeo (la ley D'Hondt) que prima a los partidos más votados, los partidos mayoritarios (PP y PSOE) se ven muy beneficiados y los minoritarios (IU, UPyD) se ven muy perjudicados.
- Diputados, meros representantes de partidos políticos: Los electores no pueden votar individualmente a sus representantes, sino que votan listas cerradas. Estas listas se elaboran en el seno de los partidos políticos, por métodos que suelen ser muy pocos democráticos. Así, los partidos políticos se erigen en importantes estructuras de poder alejadas del control democrático.
Vamos a ver en qué direcciones se podría mejorar el sistema electoral. Las englobamos en cinco grupos, de menos a más radicales.