Los impuestos son óbviamente necesarios para financiar los servicios comunes como por ejemplo la sanidad, la educación, las infraestructuras o los servicios sociales. Sin embargo, los grandes impuestos actuales (IRPF, IVA, sociedades) tienen un efecto en general pernicioso sobre la economía y/o la sociedad, pues desincentivan el trabajo, la inversión, y además implican que la carga impositiva más grande recaiga sobre la clase media asalariada.
Sin embargo, sería posible rediseñar el sistema impositivo de manera que bajáramos alguno de los impuestos actuales y a cambio introdujéramos o aumentáramos otros impuestos que son beneficiosos para la economía y/o la sociedad (además de conseguir su objetivo de recaudar dinero para las arcas públicas).