Hoy os querría hablar brevemente de esta entrada, es decir, os querría hacer un pequeño comentario del texto que estáis leyendo en estos momentos.
De la lectura de las primeras líneas se desprende que se trata de un ejercicio de autocontemplación: a diferencia de las otras entradas del blog, el objetivo de este fragmento no es otro que hablar de nada más que él mismo. Sin duda se trata de un intento, más o menos exitoso, de poner sobre la mesa, mediante un ejemplo práctico, la autoreferencia, el hecho que el lenguaje es un sistema capaz de hablar de él mismo. De la lectura de estas líneas se desprende que el autor pretende sugerir diversos conceptos como los niveles del lenguaje, la autoreferencia o la complejidad. Da la impresión que el autor hubiera querido incluso mencionar el teorema de Gödel o la paradoja de Russell de haber dispuesto de más tiempo. Como curiosidad, mencionaremos que el título también es autoreferente con él mismo.
Caben diversas e importantes críticas al texto. En primer lugar, la poca originalidad del método, claramente inspirado en diversos pasajes de Gödel, Escher, Bach de Douglas Hoffstadder. En segundo lugar, la escasa calidad de la narración, que es francamente mejorable. En tercer lugar, habría que objetar que el texto es demasiado corto y poco explicativo para que puediera tener alguna utilidad para los lectores no familiarizados con los conceptos antes mencionados. Finalmente, hay que mencionar que todo aquello que se dice sobre las paradojas es rigurosamente falso.
2 comentaris:
Bona entrada. Me la auto-recomanaré.
;)
No sé si tiene algo que ver, pero este post me ha hecho pensar en la cinta de Möbius
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